lunes, 31 de agosto de 2015

Los 21 sentidos: más allá de la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto


Detalle de "El Gusto, el Oído y el Tacto". Alegoría de Brueghel El Viejo (1618)

Desde bien pequeños se nos enseña que existen cinco sentidos y que si somos capaces de ver más allá de lo obvio tendremos un sexto. De la difusión universal de esta inexactitud tiene cierta culpa el filósofo griego Aristóteles que sentenció «Que no existe ningún otro sentido aparte de los cinco —me refiero a vista, oído, olfato, gusto y tacto —» en su obra De Anima ("Acerca del alma").

Así, hemos mantenido durante miles de años esta afirmación pese a que la neurología moderna lo describa de otro modo. En realidad un sentido viene definido por un grupo de células (sensoriales) que responden a un fenómeno químico, mecánico o luminoso específico y que mandan señales a una región concreta del cerebro donde se interpretan. Como resultado de este enfoque se ha llegado a aceptar la descripción de 21 sentidos. Incluso algunos autores, como el psicólogo Michael J. Cohen en su libro "Reconectando con la Naturaleza", han aventurado nuevas clasificaciones incluyendo un total de hasta 53 sentidos.

Para que no quepa duda, repasaremos la lista de los 21 sentidos científicamente aceptados y qué ha hecho considerarlos como tales:

·         VISTA: se compone en realidad de dos sentidos, la percepción de la luz y del color que vienen dados a su vez por dos tipos de células de la retina, conos y bastones. Algunos animales poseen células específicas únicamente para detectar el movimiento.

·         OÍDO: en el órgano de Corti existen aproximadamente 24000 células receptoras que transforman las vibraciones en impulsos eléctricos que recibe el cerebro.

·         OLFATO: la nariz humana posee alrededor de 400 tipos de receptores olfatorios que envían señales al cerebro cuando las sustancias odoríferas se ponen en contacto con su membrana.

·         GUSTO: la lengua contiene receptores para los sabores dulce, salado, ácido y amargo. Existe además un quinto sabor que aparece cuando se detecta glutamato, el umami, cuya traducción literal del japonés es "que sabe bien".

·         TACTO: algunas clasificaciones lo dividen en dos sentidos, percepción del tacto sutil y de la presión.

·         TERMOCEPCIÓN: permite detectar los cambios de temperatura (calor y frío).

·         NOCICEPCIÓN: es el sentido que nos permite percibir el dolor, bien sea visceral, somático o cutáneo. 

·         PROPIOCEPCIÓN: informa al cerebro de la posición relativa de las partes del cuerpo. Es el sentido que se pierde cuando se llevan unas cuantas copas de más.

·         MECANOCEPCIÓN: los sentidos cinestésico, vestibular y del equilibrio permiten ser conscientes de los movimientos musculares, el nivel de esfuerzo, la tensión muscular y la postura. 

·         RECEPTORES INTERNOS: son los más apasionantes y desconocidos. A nivel interno existen grupos de células que envían información al cerebro sobre la presión osmótica del plasma (sed) y las diferencias de  concentración de glucosa en sangre (hambre). Además, el pH del líquido cerebroespinal, el nivel de llenado de los pulmones o la cantidad de oxígeno en sangre nos permiten saber cuándo debemos o no respirar y con qué ritmo.

Si aun así usted cree que es de aquellos que son capaces de ver más lejos de la realidad inmediata podrá afirmar orgulloso que no tiene un sexto sentido, sino al menos un vigesimosegundo.

Por @LuisadeGarnica para @CienciasImpuras

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