Un corazón atacado por el desamor – al contrario de lo que se dice habitualmente – no se romperá jamás. Sin embargo, a causa del estrés emocional puede llegar a producirse el abombamiento transitorio del ventrículo izquierdo, principal impulsor de la sangre a todo el organismo. Esta alteración en el músculo cardiaco dificulta el bombeo de sangre y produce un fuerte dolor en el pecho con sensación de asfixia, haciendo que pueda ser fácilmente confundida con un ataque al corazón.
El síndrome de Takutsubo fue
descrito en Japón por primera vez en 1990 y se calcula que hasta un 6% de los
casos diagnosticados como infarto son cardiomiopatías de este tipo. Según la Harvard Medical School es una dolencia
asociada casi únicamente a las mujeres (80-90% de los casos). No hay consenso
respecto al mecanismo por el que el corazón adquiere forma de globo a causa de
un serio disgusto aunque la hipótesis principal es que existe una respuesta del
músculo cardiaco al aumento de los niveles de adrenalina, hormona que se
produce en mayor cantidad durante las situaciones de estrés.
El también denominado
“síndrome del corazón roto” (broken-heart syndrome) es casi indistinguible del
infarto de miocardio, pudiendo incluso aparecer resultados similares tras
ingresar el paciente y realizarle pruebas de rutina como el electrocardiograma.
En cambio, cuando se observa el corazón por medio de técnicas radiográficas
este presenta una forma abombada similar a las vasijas japonesas para la pesca
de pulpos llamadas taku-tsubo, dando
su nombre a este curioso conjunto de síntomas. Pese a su similitud sintomática,
podríamos decir que el takutsubo posee ciertas ventajas frente al infarto como
el hecho de que no haya obstrucción de las arterias o que – a diferencia del ataque al corazón en el que
los daños son permanentes – se recupere
la normalidad en un periodo de una a cuatro semanas.
Imagen comparada
de un corazón afectado por el “síndrome del corazón roto” y la vasija de pesca
japonesa (taku-tsubo)./ www.intramed.net
Su corazón no solo podrá “abombarse”
a causa de un desengaño amoroso, sino que se han descrito otros tantos
desencadenantes como la muerte de un ser querido, una discusión intensa,
experimentar un trauma físico o sufrir violencia doméstica.
Todas estas situaciones desde
luego llegan a romperle a uno el corazón en mil pedazos. Evítelo pidiendo a quien
corresponda que solo se lo abombe. Al
menos eso será reversible.
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