"Ver elefantes rosas" es una expresión que se
utiliza como eufemismo de las alucinaciones que provoca el síndrome de delirium tremens por consumo elevado de alcohol u otras
drogas. Una famosa referencia literaria a esta expresión aparece en el libro
"John Barleycorn" de Jack London: «Existen, hablando en términos amplios, dos tipos de
borrachos. Está el hombre que todos conocemos; estúpido, carente de
imaginación; y aquel cuyo cerebro está letalmente roído por ponzoñosos gusanos.
Generalmente con las piernas espatarradas, se cae frecuentemente en la cuneta.
En su éxtasis extremo ve ratones azules y elefantes rosados.».
Los primeros exploradores europeos en África creyeron que
sufrían este éxtasis al observar cierto fenómeno en los hipopótamos que les
llamó poderosamente la atención. De la piel de estos animales brotaban gotas de
sudor de color rojizo que denominaron "sudor
de sangre" o "sudor rosa".
"Sudor de sangre" sobre la piel de
un hipopótamo./www.zoochat.com
Los hipopótamos son muy sensibles a la luz del sol y su
piel es muy propensa a secarse y a quemarse, por lo que normalmente pasan el
día en el agua y se alimentan durante la noche.
Durante varios años se desconoció la naturaleza de esta
sustancia y su finalidad, hasta que un equipo de la Kyoto Pharmaceutical
University reveló la composición química de este sudor. Esta sustancia, que
primero sale de la piel transparente, se vuelve roja en la exposición solar y
después polimeriza para convertirse en un pigmento marrón supone una adaptación
evolutiva muy sofisticada.
Los investigadores japoneses encontraron que el sudor
secretado por la piel de los hipopótamos está compuesto por dos pigmentos, uno
rojo llamado ácido
hiposudórico y otro naranja
denominado ácido
norhiposudórico. La utilidad de estos dos componentes para el hipopótamo es
asombrosa. Ambos pigmentos actúan como pantallas solares y el rojo es además un
potente antibiótico que los científicos han demostrado efectivo contra varios
gérmenes patógenos. Este hecho es de vital importancia para la supervivencia del
hipopótamo debido a las profundas y peligrosas heridas en la piel resultado las
violentas peleas con sus congéneres.
Así que ya sabe, si ve un hipopótamo rosa no de la voz de
alarma. Solo hay que preocuparse cuando en una noche loca empiece, como Dumbo, a
ver desfilar psicodélicos paquidermos rosas.
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